Vas caminando, pero no dejas huella, la alfombra de hojas muertas no te lo permite. Caminas solo, quizás para encontrarte, estas en el lugar con más sonidos de la Naturaleza y sin embargo es el de mayor paz. Por un momento sientes que formas parte de el , te paras y escuchas a la vida, a la que te rodea, no a la que tú has creado. Un día fue nuestra morada y refugio, ahora solo un lugar de paso. Sigues caminando y te despides del agua, de las hojas y el viento, del búho y la ardilla, de la flor... Les dices adíos y vuelves al silencio de tu ciudad, sabes que pronto volverás.